Tres generaciones de la familia Bélisle han sido fontaneros. Mario Bélisle, el más joven, era fontanero en Quebec (Canadá). Al sentirse frustrado por los productos y servicios que encontraba, Mario decidió hacer las cosas mejor. Estaba convencido de que los grifos podían ser elegantes, prácticos, icónicos y de alto rendimiento. Más fiables y fáciles de instalar. Mario quería que a los compradores les encantasen sus grifos, y que los instaladores los recomendasen. En América del Norte, Mario vio cómo su visión cobraba vida. Después le tocaba el turno al resto del mundo.